RECONOCIMIENTO A UNA GRAN LABOR

Devoción
4 min readMar 7, 2022

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Martha Obando, líder de la asociación ASOFINCAS en Gachetá

Este año en celebración del mes internacional de la mujer, continuamos apoyando a nuestras caficultoras, a esas mujeres, madres cabezas de hogar que día a día trabajan para ofrecernos los mejores granos de café. En esta oportunidad, les presentamos a Martha Obando quien este mes es la protagonista de la serie de café de la mujer en conmemoración al día internacional de la mujer. Martha, líder de la asociación ASOFINCAS en Gachetá, ha contribuido a la revitalización de la región después de años de conflicto armado. Sus árboles Típica han estado ahí durante mucho más tiempo de lo que ella lleva de vida. Su misión es ayudar a las personas a aprender más sobre el cultivo de café de alta calidad y, a su vez, ayudándoles a ganar más dinero por el producto que producen.

Para esta edición especial de nuestra serie “Café de La Mujer”, donaremos el 5% de todas las ventas de La Mandarina para ayudar al establecimiento y mejoramiento de su finca cafetera, lo cual le permitirá obtener mejores ingresos a futuro y un mayor bienestar para ella y su familia.

Martha y su madre.

Realizamos una entrevista con Martha para que nos compartiera más de sus proyectos y su café, La Mandarina.

Eres emprendedora, caficultora y líder de ASOFINCAS. ¿Puedes contarnos un poquito más de tus proyectos y el papel que juega el café en tu vida?

Para mi el café, partiendo de que desde niña conozco la cultura de café, siempre ha estado presente en todos los momentos de mi vida y pues esto ha llevado a despertar un interés de conocer desde la semilla, desde todo el proceso de producción hasta la cosecha y la poscosecha; y sobre todo el tema del comercio que hay alrededor del café y eso me ha ayudado desde lo personal a obtener un mejor pago para este producto que se maneja. Me ha ayudado a conocer más, sobre todo la parte comercial y a trabajar en la asociación y con la comunidad para que la gente reciba unos pagos más justos y conozcan más allá que hay después de la producción que realizan en las fincas en la zona donde yo vivo y pues en el país.

¿Cómo trabajas junto con Devoción?

Con Devoción, ya han pasado 4 o 5 años de conocerlos. Arranque desde la inquietud que tenía del después de la cosecha y conocí a Devoción en un momento cuando hizo visita a la región y desde ahí para acá empezó a generar una relación de trabajo y de amistad también donde he conocido parte de esa poscosecha y después en el valor agregado que tiene el café. Eso me ha ayudado también a conocer el café de la región y ver hasta dónde puede llegar con los cafés de los caficultores de la zona incluyendo el mío. Puede llegar hasta diferentes partes del mundo por lo que hace Devoción.

Entonces Devoción ha sido un gran aliado en tanto lo personal como en la asociación a través del trabajo que hemos hecho, nos hemos convertido en un referente de precios en la zona con la diferenciación que hemos hecho gracias a la calidad de café que sale de acá.

¿Puedes contarnos más sobre tu café?

Mi finca se llama los mandarinos porque dentro de la finca hay muchos mandarinos, así que creo que el nombre es justo.

Hoy en día, yo tengo un proceso de café mucho más consciente. En el principio, todo se manejaban en forma muy artesanal y arraigadas de costumbres de mucho tiempo atrás. Ahora, quiero es destacar ciertas características del café, entonces enfocamos en hacer una recolección de las cerezas más maduras, haciendo un proceso de fermentación mucho más controlado igualmente el proceso del lavado y del secado, para que tenga todos los características que necesita cualquier producto de consumo. Este es el proceso que se hace desde la consciencia para entregar un gran café.

¿Cómo es ser una caficultora mujer en Colombia?

Yo creo que del punto de vista de la mujer, el labor que hacemos está a la par del caficultor hombre. Es sencillamente tener el gusto por el café, ponerle las ganas, el labor, conocer y sobre todo estar actualizándose de lo que se ocurre detrás del café porque el producto y la industria siempre está cambiando y eso exige que uno se entere para ir al tiempo de lo que va exigiendo el paladar. Más que todo es ponerle las ganas todos los días para sacar un buen café.

Martha acompañada de Salomón Winograd, nuestro gerente de compra de café sostenible.

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